
Con la llegada del invierno, muchos vecinos por sí mismos o por medio de jardineros, comienzan a realizar la poda del arbolado público sin tener en cuenta algunas cuestiones que son fundamentales y básicas a la hora de realizar esta tarea.
En principio es necesario considerar que no siempre la poda es necesaria y que muchas veces se convierte en una mutilación salvaje para las plantas.
El árbol de la vereda necesita poda en casos especiales, no siempre, ni todos los años. Ésta se requiere si afecta los servicios públicos o las construcciones, obstruye señales viales, la visibilidad del peatón o el tránsito, no deja circular, genera situaciones de inseguridad y/o existen ramas secas que requieren su retiro por peligro de caídas.
Debe tenerse en cuenta que cuanto más se lo poda, el árbol más se defiende del ataque, desarrollando más raíces y entonces es que se producen los levantamientos de veredas y se observan situaciones en las cuales se afectan las construcciones.

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